domingo, 31 de julio de 2011

Productividad heterogenea en América Latina y El Caribe.

Las economías en desarrollo latinoamericanas presentan un crecimiento económico interesante, los resultados macroeconómicos son muestra de estos progresos. Sin embargo se presenta una divergencia en el beneficio social, es decir que la inclusión social no ha sido lo suficiente para los grandes sectores de la población.
Estamos hablando de que se han generado brechas sociales, productivas, económicas y porque no decir hasta éticas.  
En este articulo hablare sobre las brechas de productividad, basándonos en el informe del CEPAL denominado: “La hora de la igualdad” del 2010, en el cual se pone de manifiesto que dicha brecha de productividad se divide en dos tipos. El primero es el rezago relativo, o brecha externa, que refleja las asimetrías en las capacidades tecnológicas de la región con respecto a la frontera internacional, referido a los diversos niveles de tecnología que puede disponer cada país en comparación al resto, tenemos el caso de la tecnificación de Brasil en comparación a Bolivia, ni que decirlo a Estado Unidos.
El segundo rasgo distintivo es la brecha interna, o sea, las notorias diferencias de productividad que existen entre los distintos sectores y dentro de cada uno de ellos, así como entre las empresas de cada país, que son muy superiores a las que se observan en los países desarrollados.
Es decir que la disponibilidad y calidad de la productividad es tan importante para entender la calidad de los productos y/o servicios que ofrecen, pero sobretodo la incidencia tendrá en la vida de sus trabajadores, dado que un trabajador participante de una productividad mínima corre el riesgo de no ser competitivo tanto profesional como personalmente, al no sentirse parte de una realidad de eficiencia empresarial.
En este estudio se menciona que las brechas sociales no pueden explicarse sin entender la desigualdad en la calidad y productividad de los puestos de trabajo en y entre los distintos sectores de la actividad económica, la que se proyecta en rendimientos muy desiguales   entre los trabajadores, el capital y el trabajo, es decir que la ausencia de una tecnificación relacionada al recurso humano en los diversos sectores productivos, genera márgenes de beneficio que son estratégicos para la competitividad de la empresa.
Una de las causas que se hace referencia es la migración interna, aquella movilización del campesino a la ciudad, con carencias notables de competencias adecuadas para acoplarse a las necesidades urbanas de los sectores urbanos industriales. Produciéndose  una desigualdad social muy marcada en las diversas realidad de América Latina y el Caribe, ya que las brechas de productividad reflejan, y a la vez refuerzan, las brechas de las capacidades, de incorporación de progreso técnico, de poder de negociación, de acceso a redes de protección social y de opciones de movilidad ocupacional ascendente a lo largo de la vida laboral.
Se menciona también que en los sectores de baja productividad tienen enormes dificultades para innovar, adoptar tecnología e impulsar procesos de aprendizaje, la heterogeneidad interna agudiza los problemas de competitividad sistémica. De modo que se generan círculos viciosos no solo de pobreza y bajo crecimiento, sino también de lento aprendizaje y débil cambio estructural. Por lo tanto, abordar en forma complementaria ambas brechas resulta clave para alcanzar un desarrollo dinámico e inclusivo.
¿Cómo solucionar la ausencia de una productividad con rostro humano?, se debería crear una consejo de productividad adscrito a la competitividad, integrado por los gremios empresariales, los trabajadores y el gobierno, donde se determine las políticas estratégicas que se desarrollaran considerando la realidad de los diversos sectores productivos, las implicancia sociales que conllevaría. Dichas políticas deben ser priorizadas en función a la realidad disponibilidad y la accesibilidad de tecnología tanto interna como externa. Establecer centros de investigación, considerando  los principales espacios geográficos con alto potenciales productivos. Promover los incentivos fiscales para quien invierta en el desarrollo de nueva tecnología nacional. Un principal  paso, debe ser integrar la educación escolar, técnica y universitaria a dichas políticas, adecuando cada agenda académica a las necesidades del país y locales. Estas son algunas de las medidas que permitan mejorar la productividad real de los diversos sectores productivos en América Latina y el Caribe, pero dicho cambio depende de la voluntad de sus actores sociales, económicos  y políticos.      

viernes, 1 de julio de 2011

EL MODELO DE LA NUEVA GESTIÓN PÚBLICA (NGP)

La NGP busca satisfacer las necesidades de los ciudadanos a través de una gestión pública eficiente y eficaz. Para este enfoque, es imperativo el desarrollo de servicios de mayor calidad en un marco de sistemas de control que permitan transparencia en los procesos de elección de planes y resultados, así como en los de participación ciudadana, la NGP es el paradigma donde se inscriben los distintos procesos de cambio en la organización y gestión de las administraciones públicas.
 Es un enfoque que intenta incorporar algunos elementos de la lógica privada a las organizaciones públicas.
Es decir que la NGP es un búsqueda de lograr una mayor productividad en eficiencia colectiva, porque no sólo se espera el cumplimiento de metas por parte de la responsabilidad de liderazgo de quienes la dirigen sino y fundamentalmente es cuánto hemos comprometido al ciudadano en aquel éxito.
En síntesis la Nueva Gestión Pública está fundamentada sobre:
a)    La formulación estratégica de políticas de desarrollo y gestión.
b)    La gradual eliminación del modelo burocrático hacia una GESTIÓN POR RESULTADOS.
c)    La creación del valor público.
d)    El desarrollo de las instituciones y dimensionamiento adecuado del Estado.
e)    El mejoramiento de las conquistas macroeconómicas y la equidad social.
La OCDE (1995: 28 y 1997: 37-50) considera que esta nueva forma de gestión de la Administración Pública se caracteriza por las líneas maestras que se exponen a continuación:
Ø  Desregulación. Este planteamiento busca la disminución de reglas y normas en el Sector Público, intentando a la vez que las que existan permitan un planteamiento estratégico de la gestión a través de la flexibilidad en su aplicación.
Ø   Descentralización de los poderes de la gestión. La idea de descentralización supone la creación de unidades (entidades, agencias, etc.) más reducidas, con flexibilidad en las normas a aplicar y abandonadas a merced del mercado.
Ø   Énfasis en las responsabilidades de los gestores y motivación para la mejora.
Ø  El reforzamiento de las capacidades estratégicas del centro, junto con la reorganización e implantación de la función pública en la gestión y las reformas.
Ø  Gestión más orientada hacia el cliente.
Ø  La introducción de la competencia y el mercado.
Ø  Utilización de métodos de evaluación y técnicas de gestión aplicadas en el ámbito empresarial.