Se verifica en muchos casos, por no decir la gran mayoría que la gestión pública en países subdesarrollado como Perú, se caracterizan por una ausencia de visión en el liderazgo de sus autoridades lo que provoca que no se consideren las políticas de Estado, los sistemas públicos y lo más grave aún no se ejecuten estrategias producto del planeamiento estratégico prospectivo, sino sólo del individualismo o la dirección del líder desorientado en gestionar sin transversalidad y sistematización.
Otro factor que agrava esta visión arcaica es la convergencia de servidores públicos desfasados en la mirada como se debe enfocar la gestión pública, personalizando sus funciones y agravando más la ineficiencia del servicio de las entidades públicas.
La necesidad urgente de una reforma más integral en el sistema público, como requisito fundamental de generar un cambio urgente es obligación de los Gobiernos de turno, pluralizando la confluencia de los objetivos institucionales para ofrecer servicios públicos y propuestas de inversión más integrales, de tal manera que no sólo de construya fierro y cemento, sino que se complemente con diversos factores en el campo de la salud, educación, entre otros. Todo debe ir de la mano con la proyección visionaria del desarrollo sostenible, es decir, considerar variables de la planificación prospectiva.
Es decir, los elementos prospectivos deben ser lo que existe en el ámbito macro y micro entorno con lo que se espera de su comportamiento, sin dejar de lado la incidencia histórica, parte vital en la toma de decisiones.
Los líderes visionarios del sector público son aquellos que sin descuidar el presente, miran el paso y trazan el futuro con ambiciones sostenibles de progreso integral para todos sus espacios territoriales y por ende sociales.
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