martes, 12 de abril de 2011

INFORMALIDAD EMPRESARIAL EN EL PERÚ

El desarrollo económico de un país depende de cuantas facilidades podemos darle al emprendimiento, pasando específicamente por el hecho de flexibilizar la creación de empresas.
Si vemos el Atlas de Banco Mundial encontramos que los estados unidos han mantenido en 6 días el tiempo que demanda la creación de un negocio, durante los periodos del 2003 al 2009, mientras el Perú  en el mismo tiempo ha tenido mejoras pasando de 98 días en el 2003 a 41 días en el 2009. Si bien es cierto que el progreso es significativo no es suficiente, si se quiere dinamizar la competitividad nacional.
Es por ello que la informalidad de las micro y pequeñas empresas es bien altísimo. Según una investigación de la Pontifica Universidad Católica del Perú, la definición de una Mype informal es aquella firma que no es una persona jurídica o que no lleva libros contables ni pertenece al sector público y que emplea a menos de 21 trabajadores.
El estudio de la Católica, basados en cuadros del censo de INEI-INAHO-2009, confirma que 86.4% del total de empresas son informales, siendo las dominan las diversos sectores productivos y además se menciona que se concentran en la agricultura, caza y servicultura (34.7%), servicios (13%), transporte  y comunicaciones (10%) y diversas ramas manufactureras (9.1%).
De estas participaciones podemos encontrar que el 64.83% de las empresas informales en el sector agrícola emplean de 2 a 4 trabajadores, correspondiéndole el 43.69%  al sector comercial.
Es importante la formalización de este gran sector productivo del país, dinamizando su participación, medidas enfocadas dentro del aspecto tributario, la constitución legal, la flexibilización de los montos de gestión en la formalización, las políticas laborales, la conexión con mejores oportunidades de negocio en el comercio justo. Son factores claves los mencionados, aún cuando habido avances al respecto, creo que debería integrarse la base de formalización de las micro y pequeñas empresas, es decir que el gobierno constituya una entidad única donde los emprendedores puedan realizar todas gestiones juntas, esta confluencia estará comprometida por todas las organizaciones públicas y privadas que permiten la formalización de las empresas. Un aspecto que le daría más solidez a este procedimiento, sería su descentralización, la cual tendría la flexibilización de políticas de gestión correlacionada con las realidades regionales, con el único fin de poder comprender la importancia de los diversos sectores productivos en estos espacios regionales.                
De esta manera se podrá disminuir la resistencia de los emprendedores de tal manera que reconozcan en la formalización la mejor oportunidad para que su negocio prospere con políticas gestión pública y privada reales. Esta integración sistemática promovería una mayor competitividad regional, estimulando el desarrollo de sectores estratégicos locales.

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